A principios del Siglo XX, en Beverino, un pueblito de Génova, Manlio Tognetta aprendía de su padre el uso de productos naturales para cuidar la salud.
Con este conocimiento, que se remontaba a los tiempos del Imperio Romano, ambos llegaron a Buenos Aires hacia el año 30. En su equipaje traían las esperanzas de una nueva vida, y un conocimiento milenario del que Manlio hizo su modo de vida para ayudar a las personas.
En su laboratorio molía y mezclaba distintos tipos de plantas, semillas, tallos y creaba el preparado adecuado a cada patología.

Este saber pasó a su hijo menor, Héctor, quien creo uno de los laboratorios cosméticos más importantes de la Argentina.
El conocimiento de los elementos de la naturaleza y sus usos medicinales fueron pasando de generación en generación, perfeccionándose hasta que su segundo hijo, Ricardo, da origen a SILCE.
Con Leo Tognetta, heredero de esta profunda tradición y conocimientos, la aromaterapia da un nuevo salto, a partir de sus esencias de diseño y el refinamiento de su uso para diversas actividades, aportando soluciones naturales para todo tipo de situaciones.